Décimo Primer Día: Domingo 3 de mayo de 1953
Por recomendación y acuerdos tomados de unos peregrinos muy fieles y religiosos, que diariamente visitaban el lugar de la aparición, se procedió, prestando cada uno su ayuda, a la construcción de la humilde y primera capilla en la cual se levantó un altar para la celebración de actos religiosos. En la misma se empezaron rosarios rezados y cantados por los visitantes al pozo y, más de las veces, acompañados también por el niño, Juan Ángel Collado, y sus compañeras niñitas.
El apartado pueblo del suroeste de la Isla de Puerto Rico se convirtió, de la noche a la mañana, en centro de caravanas de peregrinos que llegaban de todo el país atraídos por la noticia de la aparición de la Virgen.
Se estima que sobre 4,000 personas visitaron el lugar de la aparición durante el fin de semana. La gente llegó a pie, en autos, en guagua, en camiones, a caballo y acudían devotamente al manantial donde rezaban y hacían sus peticiones a la Virgen, mientras las niñas de la escuela permanecían largas horas del día junto a las puertas del plantel.
El superintendente Nazario declaró que era difícil que el plantel continuara funcionando en medio del enorme movimiento de gente de todas partes que invadían en número creciente cada día ese lugar. Personas que conocían íntimamente a Nazario señalaron que, aunque el superintendente era un presbiteriano devoto, había respetado la actitud de los niños quienes insistían en que la Virgen caminaba y llegaba a la escuela.
Los jardines que bordeaban el plantel escolar fueron prácticamente destrozados por el público que allí se desbordaba en oleadas incontenibles.
En Sabana Grande y otros pueblos cercanos como San Germán y Mayagüez, la aparición era el tema obligado de las conversaciones en plazas y corillos. Algunos comentaban el hecho sin decidirse por afirmaciones en ningún sentido, mientras otros, se aprestaban a estar en el Barrio Rincón la noche del 24 de mayo, en oración y ruegos, o en la mañana del 25 cuando, según los tres niños que veían la Virgen, se habría de producir un gran milagro como la Virgen les había anunciado.