Décimo Quinto Día: Jueves 7 de mayo de 1953

En este día, un inmenso gentío participó de los rosarios y otros actos religiosos que se celebraron en el lugar de la aparición, ya que los niños alegaban ver a la Virgen todos los días. Miles de peregrinos llegaban provistos de envases para recoger agua teniendo que permanecer en fila por varias horas para poder llegar hasta el pozo. Seguían sucediéndose los milagros como en días anteriores.

Millares de personas de todo Puerto Rico se preparaban para venir al Barrio Rincón el 25 de ese mes para presenciar el anunciado milagro de la Virgen. Todos sabían que los tres niños de la escuela Lola Rodríguez de Tió, del Barrio Rincón de Sabana Grande, afirmaron que veían a la Virgen y habían dicho que la Virgen haría un gran milagro ese día y que se haría visible a las personas. Muchas personas notables de toda la Isla que habían ido en romería al Pozo aseguraron que en todas partes se aprestaban para venir al Barrio Rincón el día 25 de mayo. Algunos opinaban que en tal fecha debiera cerrar todo el comercio.

El lugar donde el niñito Juan Ángel Collado alegó ver a la Virgen por primera vez se había convertido en santuario, donde los peregrinos depositaban ramos de flores, especialmente blancas. De noche, todo el lugar se veía cubierto de velas encendidas.

Por otro lado, en la escuelita, una de las niñas videntes anunció a sus compañeros: “Por ahí viene la Virgen y los dos ángeles, vienen por el camino”, después de lo cual, como movidos por un resorte, los tres niños que ven a la Virgen se incorporaron para recibirla.