Segundo Día: Viernes 24 de abril de 1953
El segundo día a las 11:00 de la mañana, cuando la maestra tocó su campanita, los alumnos salieron al jardín de la pequeña escuela. Juan invitó a los niños que lo acompañaran al pozo, para que vieran a la hermosa joven que él había visto el día anterior, pero solo un grupo de niñas, entre ellas, las hermanas Ramonita e Isidra Belén lo acompañaron. Caminaron por medio del cañaveral y, cuando llegaron al pocito, Juan Ángel les señaló el lugar donde él había visto aquella joven el día anterior. En ese momento, volvió a suceder exactamente lo mismo del día anterior. Aquel silencio, aquella tranquilidad, y allí de nuevo estaba aquella joven tan hermosa, suspendida en su nube con una corona de siete estrellas y un rosario en sus manos; permaneció en silencio mirando profundamente a los niños. Cuando Isidra la vio, cayó de rodillas y comenzó a rezar el Ave María. Isidra tenía nueve años y tenía mayor instrucción religiosa que los demás. Al igual que el día anterior, nunca supieron cuánto tiempo estuvieron allí. De momento, la joven hermosa volvió a desaparecer y ellos regresaron a la escuela.
Aquel dia, no había un sólo sitio en la localidad, tanto en restaurantes, colmados, oficinas, talleres de bordados y en casas residenciales, que no se comentara otra cosa que no fuera lo que había surgido en el Barrio Rincón el día anterior. Por la tarde se pudo escuchar en las estaciones de radio lo ocurrido en Sabana Grande, por lo que el público comenzó a caminar hacia el Barrio Rincón a cerciorarse de lo que allí había ocurrido.