Trigésimo Tercer Día Lunes 25 de mayo de 1953.

 

Ultimo día de la aparición. Según la Virgen se lo había anunciado a los niñitos, este fue un día de grandes milagros. En la madrugada de ese día ya Sabana Grande estaba invadido de vehículos y peregrinos de toda la Isla. Desde el parque de bombas salían los enfermos en 6 ambulancias que había destinadas a ese fin, trasladando enfermos al pozo en el Barrio Rincón. Entre los enfermos que fueron ese día estaba la señora Georgina Rivera (La Griega) con residencia en Miami, Estados Unidos, quién al saber de los sucesos de Rincón vino hasta Puerto Rico buscando su salud. Ella, que por mucho tiempo había estado usando ganchos de metal para el sostenimiento de su cuello por tener defectos vertebrales, tuvo el privilegio de sanar milagrosamente al extremo de deshacerse de los referidos ganchos que tanto le molestaban. Cuenta ella que a las once de la mañana, mientras la multitud silenciosa oraba esperando el milagro, ella que estaba en el altar junto a los niños, sintió algo inexplicable en su cuello. En ese instante, el niño Juan Ángel le dijo que la Virgen le ordenaba que se quitara los ganchos, pues ya estaba buena y no los necesitaba. Así hizo y alzo los ganchos mostrando a todos que estaba sanada. Muchas de las cerca de 400,000 personas que estaban allí presentes fueron testigos de este milagro.

En esos momentos comenzó una fuerte lluvia de colores que cayó y, al instante, todo quedó seco, lo que fue una gran sorpresa para todos. Luego el niño Juan dijo: “Dice la Virgen que miren el sol.” Cientos de personas testificaron haber visto al sol dando vueltas, danzando lleno de colores y que parecía venirse sobre la multitud y alejarse nuevamente. Muchos de los allí presentes afirmaron haber visto a la Virgen vestida de negro, bajando la montaña.

La Santísima Virgen en su última aparición en Sabana Grande dejó el sello que legitima muchas de sus manifestaciones: el milagro del sol. Ella, como Madre maravillosa y perfecta que ama profundamente a sus hijos fieles les regaló el milagro del sol como confirmación de su amor y de su verdadera presencia, quedando así autenticada esta serie de apariciones como una verdadera manifestación de Dios.

Una vez terminados los 33 días de las apariciones de la Santísima Virgen del Rosario del Pozo, don Agapito Belén, el padre de Ramonita e Isidra, quien siempre estuvo preocupado por la salud de las niñas, le dijo a Isidra: “Ay nena, me alegro que todo esto haya ‘pasao’, así ustedes estarán más tranquilas”. Entonces, Isidra le contestó: “Eso crees, papá. Aquí va a venir más gente que la que vino hoy. Ahora es que todo comienza”.

 

 

*** Noticia importante del Periódico El Mundo, principal rotativo en Puerto Rico, del sábado 30 de mayo de 1953: Monseñor James E. MacManus, Obispo de la Diócesis de Ponce, bajo cuya jurisdicción se encontraba el municipio de Sabana Grande en aquella época, declaró a la prensa que “no está interesado en las cartas que alegan tener los niños Juan Ángel Collado e Isidra Belen” y prosigue la noticia que los niños “dicen tener en su poder una cartas que les entrego la Virgen en el pozo”.

Otra noticia del mismo periódico refiriéndose a los siete mensajes dejados por la Virgen en los primeros días del mes de mayo hace referencia a estos mensajes cuando dice: Virgen deja mensajes escritos en “carne”. (Ver explicación que sigue a continuación tomado del Manual de Las Escuelitas)

 

Uno de aquellos 33 días en que la Santísima Virgen se estuvo apareciendo en el Pozo de Sabana Grande, dejó a los niños siete mensajes escritos en siete pergaminos¹, unidos por medio de una costura en la parte superior. Al entregárselos les ordenó que no dijeran que tenían unos mensajes y mucho menos revelaran su contenido. Ese día, al finalizar la visita de la Santísima Virgen, los periodistas que se encontraban en el lugar se abalanzaron sobre los niños haciéndoles preguntas sobre lo que habían visto. Tanto insistieron que Ramonita, la más pequeña, les dijo que la Santísima Virgen había dejado unos mensajes “escritos en carne.” El vocabulario de los niños era muy limitado, y desconocían la palabra “pergamino”. Lo que más  se asemejaba a lo que habían visto era la piel, que el jíbaro puertorriqueño llama “carne”.

 

1 El Mundo, 30 de mayo de 1953, “El Obispo Mc Manus no interesa cartas”


 

Que Nuestra Señora del Rosario, la Purísima del Pozo, les ilumine y guíe para que la semilla de fe y esperanza que Ella trajo en su visita a Sabana Grande, Puerto Rico se multiplique en frutos de conversión, transformación y santidad, lográndose así, la Restitución del Camino que Ella ha pedido, y quede su presencia real en este lugar bendito como signo para que muchos crean que existe verdaderamente la vida después de la muerte y alcancen la vida de felicidad en el mundo real, sobrenatural y eterno, junto a su Amadísimo Hijo Jesús.

 

…Esparzan por el mundo la nueva de mi Hijo, existe una vida sobrenatural y eterna. Ésta no es ilusión ni es etérea, sino que es auténtica, palpable. Anuncien la vida después de la muerte como el nacimiento a la verdadera vida, donde ya no se muere y Dios nos proveerá todo sin sufrimientos. En la vida eterna participaremos de la gracia bendita y eterna del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; será  la felicidad eterna… Fragmento del sexto mensaje de la Virgen del Rosario del Pozo