Testimonio de Ramonita Belén
Testimonio de Ramonita Belén, quien a los 7 años de edad presenció la visita de la Virgen del Rosario del Pozo en Sabana Grande, Puerto Rico, durante los 33 días de sus apariciones en 1953.
“Juan Ángel nos invitó el segundo día al pozo porque el día anterior había visto una joven hermosa parada en una nube.
El tercer día -que era sábado- no teníamos que ir a la escuela, pero tuve unos deseos de ir al pozo. Como yo solo tenía 7 años, mi papá nos llevó a Isidra y a mí. Por el camino nos encontramos con Juan Ángel que también había tenido la misma inquietud que yo.
Allí de nuevo estaba la joven hermosa. Estaba sobre una nube y es cuando entonces baja de la nube y camina hacia donde estábamos nosotros y nos dice: “No tengan miedo, soy la Virgen del Rosario”.
El cuarto día, domingo, también visitamos el lugar de la aparición, acompañadas por nuestro padre. Ya para ese día había más personas del pueblo para averiguar lo que estaba sucediendo en el pozo. Toda la gente quería saber cada detalle y hacían las mismas preguntas y para que no preguntarán más, le pregunté; volví y le hice la pregunta: ¿Que quién es usted y que desea? Ella me dice: “Soy la Virgen del Rosario y lo que quiero es que recen por La Paz del mundo y la conversión de los pecadores”.
De lo sucedido en el resto de los días hasta el 25 de mayo, le puedo contar algunas cosas pero no puedo decir el día exacto que sucedió, porque yo era muy pequeña y hay muchas cosas que no recuerdo.
Después del 25 de mayo de 1953, que fue la última aparición de Ella, seguí visitando el sitio todos los días, porque para mí Ella iba a regresar. Me quedaba esperando que Ella regresara otra vez.
Yo no recuerdo que me dijera que el 25 de mayo era la última aparición que iba a hacer, por esa razón me quedé esperando que Ella regresara. Iba con mi papá y a veces sola para ver si Ella venía, pero no regresó.
Después de eso, pues, como yo me pasé a cuarto grado, allí solamente había hasta tercer grado, tuve que ir a la escuela del pueblo, a la Vicente Soltero, cursé todos los grados hasta sexto grado en Sabana Grande. Siempre vine todos los fines de semana aquí al pozo, venía los sábados y domingos.
El séptimo grado lo cursé en Sabana Grande. Para el octavo grado me fui a Mayagüez a estudiar al Colegio de la Milagrosa con las hijas católicas de San Vicente de Paul y San Luis de Marillac. Allí estuve siete años con ellas, y después me gradúe de cuarto año. Durante mi internado no sentí la vocación de ser religiosa solo sentía como obligación a serlo, yo hablé con un sacerdote, ahora no recuerdo el nombre, me tenía preocupada por como yo sentía la obligación de ser monja pero sabía que eso no podía ser; pues él me dijo que no me preocupara, que uno podía hacer más afuera de un convento que dentro.
Estudié un curso secretarial de dos años y comencé a practicar en el Colegio de Agricultura y allí trabajé como secretaria en el Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas del Recinto de Mayagüez.
Me casé con Michael Hawley y tengo una hija Tammy; tuve una hija así como María. Así que esa fue la voluntad de Ella y la voluntad de Dios. Los compañeros del trabajo me tratan como a una persona normal. En casa somos siete hermanos y a todos nos trataron igual.
En los primeros aniversarios hacíamos una procesión alrededor de la escuela ya que venía poca gente, fue en el 33 y 34 aniversario que la celebración era mucho más grande porque ya el grupo de la Asociación que promueve la devoción a la Virgen del Rosario se estaba moviendo por toda la isla”.
De los tres niños videntes, Ramonita ha sido siempre la más alegre y habladora. Su personalidad es encantadora y lo primero que impresiona es su diligencia y generosidad. Ramonita siempre está trabajando y se ofrece a ayudar en todo lo que puede.
Los periódicos de la época destacan su candor e ingenuidad: “Es una niña alegre, rubita y delgadita. Tiene una voz fina” (Periódico el mundo 11 de mayo por Samuel Irizarry).
Su inocencia es un bálsamo en estos tiempos donde los seres humanos son tan maliciosos e interesados. Siente un profundo amor y devoción a su Virgencita; como la llama.