IV. El Sacramento de la SAGRADA EUCARISTÍA

1. Es el Sacramento que contiene verdaderamente el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, con su Alma y Divinidad, bajo las apariencias de pan y vino.
2. La palabra Eucaristía significa: Sacrificio para dar gracias.
3. Es el más sublime de los sacramentos de donde manan y convergen todos los demás, centro de la vida litúrgica, expresión y alimento de la comunión cristiana.
4. Jesucristo instituyó la Sagrada Eucaristía en la Última Cena cuando convirtió el pan en su Cuerpo y el vino en su Sangre y dio a los apóstoles el poder de hacer lo mismo.
5. Los que tienen el poder de convertir el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo son los obispos y sacerdotes, porque suplen lo que Jesús dijo: “Haced esto en conmemoración mía” y lo hacen cuando celebran la Santa Misa en el momento de la Consagración, al repetir las mismas palabras de Jesús en la Última Cena.
6. En la Sagrada Comunión recibimos a Jesucristo Dios y Hombre que está verdaderamente en la Hostia Consagrada. Dijo Jesús: “El pan que Yo daré es mi propio Cuerpo. El que come mi Cuerpo tendrá vida eterna” (S. Juan 6).
7. Jesucristo instituyó la Sagrada Comunión para quedarse más cerca de nosotros, para aumentarnos su gracia, sus favores y su amistad y para ser Él mismo, el alimento de nuestra alma.
8. La Sagrada Comunión aumenta en nosotros el amor a Dios y al prójimo; nos perdona los pecados veniales y nos preserva de los mortales y es una señal segura de que resucitaremos para la Vida Eterna.
9. Para poder comulgar dignamente debemos estar en gracia de Dios, o sea sin pecado mortal en el alma. No haber comido desde una hora antes y acercarnos comulgar con respeto y devoción.
10. Los que están en pecado mortal deben confesarse para comulgar dignamente, pues no les basta en este caso hacer solamente un acto de contrición.
11. La presencia real de Cristo en la Eucaristía es uno de los principales dogmas de nuestra fe cristiana. Éste nos asegura que allí está, que el mismo Jesús que nació de la Virgen María, que vivió oculto por 30 años, que predicó y se preocupó de todos los hombres durante su vida pública, que murió en la Cruz y después de resucitar y ascender a los cielos, está ahora a la diestra del Padre.
12. La transubstanciación se produce en el momento mismo en que el sacerdote pronuncia las palabras de Jesucristo. Es ahí cuando se da el cambio de toda la substancia del pan en el Cuerpo de Cristo y de toda la substancia del vino en la Sangre de Cristo.