El siguiente es el quinto mensaje dejado por Nuestra Señora del Pozo en su aparición de 1953. Fue revelado el 28 de octubre de 2007.

Quinto Mensaje

“Frente al Corazón ensangrentado de mi Hijo, yo, la Madre de Dios, pido que recen mucho por los miembros promesados que están fuera de la Misión. Sus almas corren gran peligro. Su alianza con el enemigo les traerá grandes penurias a sus almas y sus corazones faltos de amor.

Sólo el Padre sabe quién se condenará; pero el infierno está lleno de hombres y mujeres que tenían un compromiso con mi Hijo y no lo cumplieron, porque le fallaron a Dios. En mi silencio de espera lloro por los que no están.

“Mártires algunos serán y derramarán su sangre; pero es mejor perder hasta la última gota, que perder el alma para siempre. Más aún, serán éstos la alegría del Reino Eterno y serán dueños del Bastón Sagrado. Recibirán las gracias que mi Hijo guarda para los mártires.”

“Alertad a los que están fuera de mi pequeño reinado. Yo los llamo con urgencia, pues se acercan los momentos del juzgado. No habrá excusas ni misericordias, pues todo se les ha dado.”

“Cuando venga el Señor a juzgarlos por el fuego, serán los primeros en ver las llamas, si se les encuentra culpables por desertar sin remedio.”

Los que desertan y se juntan con el enemigo serán juzgados como soldados de traición. Por eso, recemos por ellos. “Mejor mártires de sangre que desertores sin remedio.” Les falta amor en su corazón y están llenos de odio y de venganza; por esto cubro mi cabeza con velo negro hasta que sus corazones se ablanden y retomen las gracias del perdón. Sean soldados firmes, aunque nuestros corazones sean desangrados por el odio y la falta de caridad de los que se han alejado.

Mi Hijo proveerá la Luz de mi Amado Esposo y yo le abriré paso al que sirve bien, con fidelidad, entusiasmo, sacrificio, esmero y se da sin reserva, sin guardar nada para sí.

Perdonen a los que les hieren y les hacen sangrar; perdónenlos 70 veces siete. Obren así, como reza en la oración que mi Hijo dedica al Padre. Entonces, serán verdaderos cristianos, hijos de la restitución, ahora y para siempre.”

María