El siguiente es el segundo mensaje dejado por Nuestra Señora del Pozo en su aparición de 1953. Fue revelado el 13 de febrero de 1984.

Segundo Mensaje

“Llegarán los momentos en que el deterioro espiritual y moral de los pastores del rebaño de mi Hijo será de conocimiento público. La indiferencia de los hijos de Dios no les permitirá percibir el gran peligro que acecha. El dolor en mi corazón se hará más agudo porque estos hijos predilectos me abandonan; esto es señal de que ha llegado el momento de decir el siguiente mensaje:

Difíciles y confusos serán esos tiempos. El crecimiento espiritual de los hijos de Dios se hará muy difícil y vendrán otros momentos en que este crecimiento parecerá casi imposible. Hijos nuevos, estén atentos, porque la indiferencia y la confusión reinarán en el camino y en todo el mundo. Extraños pensamientos y nuevas filosofías harán más obscuro el camino verdadero. Las enseñanzas de mi Amadísimo Hijo, el orden establecido por el Padre y la verdad serán sustituidas por estas nuevas y extrañas creencias. El egoísmo de los hijos de Dios será causa de conflictos y divisiones que agudizarán más mi dolor. Reconozcan que los pastores del rebaño también son hombres; perdonen sus fallas, ayúdenlos, pues ellos representan a mi Hijo. Permanezcan firmes en el Verdadero Camino, en la Iglesia de mi Hijo, pues se acercan los momentos de la gran prueba; el sufrimiento será necesario, la oración y el sacrificio serán mandatorios.

Protéjanse debajo de mi manto y vivan en mis virtudes. Plenitud es lo que quiero porque así me lo ha encargado mi Hijo. Siete serán los retoños y siete las espadas; siete serán las generaciones y después no podrán ser contadas. Dos caminos se abrirán ante éstas: destrucción y construcción, derrota y victoria.

Plenitud y mi promesa; restitución del camino.

Plenitud y mi promesa; restitución del camino.

Plenitud y mi promesa; restitución del camino.

Plenitud y mi promesa; restitución del camino.

Plenitud y mi promesa; restitución del camino.

Plenitud y mi promesa; restitución del camino.

Plenitud y mi promesa; restitución del camino.

María

Explicación del Segundo Mensaje

El mensaje de la Santísima Virgen del Rosario es profético en su esencia. Ya en el 1953 la Santísima Virgen advirtió en sus mensajes los momentos difíciles para la fe que se acercaban y por los que actualmente está atravesando el mundo. Para esa época, Puerto Rico, era un pueblo principalmente católico donde las familias rezaban unidas el rosario todas las tardes, un pueblo con Dios en su corazón, un pueblo de paz.

Actualmente, Puerto Rico, al igual que muchos países de raíces católicas, está siendo azotado por una oleada de filosofías extrañas donde las iglesias, ministerios protestantes y las sectas van en aumento desenfrenado. Puerto Rico es un país de gran desarrollo económico, tecnológico y social; es vitrina de nuestro hemisferio. Sin embargo, los males sociales, morales y espirituales se han incrementado a niveles alarmantes.

La Santísima Virgen como Madre Perfecta, desde el 1953, nos dejó siete mensajes, no para el hombre de entonces, sino para las generaciones venideras que tendrían que vivir estos terribles momentos de confusión, de conflictos y divisiones.

El deterioro profetizado por Ella está ocurriendo no tan sólo en el orden social, sino también en el orden espiritual. Las instituciones como el hogar, la escuela y la Iglesia han sufrido las consecuencias de este deterioro. Nuestra Iglesia, fundada por Cristo es perfecta. No obstante al estar formada por hombres, no ha sido exenta de estos males y por esto la Santísima Virgen en su segundo mensaje pide que permanezcamos firmes en Ella y que perdonemos y ayudemos a los pastores del rebaño, que representan a su Hijo.

Es a los hombres y mujeres de este tiempo a quienes Ella dirige su segundo mensaje. Les invita a buscar un crecimiento espiritual viviendo en sus virtudes, abrazándose a la cruz en el sufrimiento, practicando la oración y el sacrificio. La Santísima Virgen, en este mensaje, habla de la Iglesia de su Hijo, como el Verdadero Camino y llama a sus hijos a la fidelidad y a la obediencia a la Iglesia, a asistir a sus hijos predilectos en su difícil tarea y a permanecer firmes en medio de la prueba.

“Permanezcan firmes en el Verdadero Camino, en la Iglesia de mi Hijo, pues se acercan los momentos de la gran prueba; el sufrimiento será necesario, la oración y el sacrificio serán mandatorios”.

Estas palabras proféticas se han realizado en aquellos que han hecho vivencia los mensajes de la Santísima Virgen del Rosario y que tienen esta devoción arraigada en sus vidas. Han vivido momentos de rechazo, de tribulación, de represión y persecución en sus comunidades, en sus trabajos y sobre todo en su misma Iglesia. Sin embargo, aun siendo señalados y calumniados han manifestado su fidelidad a la Iglesia permaneciendo firmes en medio de la prueba. Gran misterio de Dios que prueba a los que ama.

Al finalizar el segundo mensaje de la Santísima Virgen habla de siete retoños, siete espadas y siete generaciones. Profecías que se están cumpliendo, en los cientos de hijos que responden día a día al llamado de la Madre. Hijos nuevos de la Santísima Virgen, hijos que por la gracia de Dios saben vivir en la oración y el sacrificio, frecuentando los sacramentos y manteniéndose fieles a su Iglesia; hijos dóciles que se esfuerzan para que se logre cumplir en todo momento la voluntad de Dios al cumplir con sus compromisos de verdaderos cristianos.